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Contradicciones de un estratega.

Uno de los más famosos militares de todos los tiempos, Napoleón Bonaparte, era un apasionado jugador de ajedrez. ¿Quién no hay escuchado hablar alguna vez de Napoleón Bonaparte?

Historia

Napoleón Bonaparte nació en 1769 en Ajaccio (Córcega).
Estudió en las escuelas militares de Brienne y París y , tras una fulgurante carrera militar, fue nombrado general.
En 1796 se casó con la influyente criolla Josefina de Beauhaurnais.
Al mando del ejército francés en Italia, realizó campañas victoriosas contra los austríacos y en 1798-99 sus éxitos en Egipto contribuyeron a aumentar su prestigio.
En 1799, aprovechando la crisis del Directorio, encabezó un golpe de Estado, tras la cual fue nombrado primer cónsul y más tarde cónsul vitalicio.

En 1802, después de una brillante etapa de victorias en el exterior y de reformas internas, fue coronado Emperador en Notre-Dame.
Se enfrentó nuevamente entonces contra una coalición de potencias europeas organizada por Gran Bretaña.
Aunque su armada fue destruida en Trafalgar (1805), consiguió derrotar en sucesivas ocasiones a sus enemigos en el continente, conquistó Portugal e invadió España y los Estados Pontificios.
En 1810 se divorció de Josefina y contrajo matrimonio con María Luisa de Austria, con la que tendría su único hijo, Napoleón II.
Tras fracasar su alianza con Rusia, entró en Moscú (1812), pero la crudeza del invierno le obligó a realizar una desastrosa retirada.
Su precipitado regreso a París, en 1814, no pudo evitar que las tropas aliadas tomaran la capital.
Después de esta derrota, fue confinado a la Isla de Elba.

Pero al año siguiente regreso a Francia, arrebató el poder a Luis XVIII e intentó restaurar su imperio.
Sin embargo, la derrota de Waterloo (1815) puso fin a su carrera.
Desterrado en la isla de Santa Elena, Napoleón murió en 1821.

Este breve relato extractado del libro «Napoleón» de André Maurois muestra la claridad estratégica de Napoleón Bonaparte para administrar y disponer de sus tropas :«El joven capitán tenía razón frente al General. El episodio puso de manifiesto una de las facetas del genio de Napoleón: estudiarlo todo, prepararse para todo. Cuando había pasado por Tolon como simple viajero, había examinado el puerto buscando posiciones adecuadas para las baterías. Entonces se había dado cuenta que desde la punta de la Eguillette se podían lanzar bombas incendiarias sobre los buques de la rada y obligarlos a abandonar el puerto. Aunque Carteaux no comprendió nada, su sucesor Dugommier, se dejó convencer por la tenacidad y la claridad de Bonaparte. Todo ocurrió como este había predicho. Bonaparte, que disparó personalmente el cañón, resultó herido y fue ascendido a general de brigada, a propuesta no sólo de Salicetti, sino también de otros dos comisarios: el más joven de los Robespierre y Barras.» Napoleón Bonaparte es considerado uno de los más grandes estrategas militares de todos los tiempos.


Cuando consolidó su Imperio en el año 1802 dominaba una gran parte de Europa y a no ser por sus derrotas en Moscú (1814) y Waterloo (1815) quién sabe cuanto tiempo hubiera durado su gran dominio.
¿Cómo logró Napoleón Bonaparte hacer de Francia un Imperio tan poderoso?. Sin lugar a dudas, sus excelentes habilidades como militar y planificador de estrategias de combate han tenido mucho que ver con ello.

Gracias a sus elevados conocimientos en esta área logró importantes triunfos, algunos de ellos fueron: la campaña a Egipto, la conquista de Portugal, la invasión a España, a Roma Invasión, a los Estados Pontificios y al Imperio Austriaco, entre otros.
Sus profundos análisis destinados a la manera de encarar el enfrentamiento bélico, administración de tropas y localización de los puntos débiles del ejército enemigo hicieron de él uno de más grandes estrategas militares que jamás haya conocido la humanidad.

Informado de la admiración que Napoleón Bonaparte tenía por el ajedrez; juego que comúnmente se lo conoce como el «símil de la guerra», me aboque a conseguir material al respecto.
Si bien es muy difícil encontrar rastros fehacientes sobre partidas jugadas por los personajes de aquel entonces, me alegre al encontrar tres partidas completas que el gran general de Córcega había jugado. Esta primera partida fue jugada en el año 1804 frente a Madame de Remusat en Maimason Castle. Si bien carece de interés ajedrecístico por el bajo nivel de juego de su oponente, es muy descriptiva del estilo de Napoleón Bonaparte.

Partida 1

1- Cc3 e5 2- Cf3
Napoleón, quien llevaba las piezas blancas, nos muestra con sus dos movimientos iniciales el amor que tenia por la caballería
2- …, d6 3- e4 f5
Lo más lógico en este momento hubiera sido desarrollar los caballos. La jugada 3-…, Cf6 daba a las negras un juego más o menos equilibrado
4- h3?
Napoleón se equivoca y realiza una jugada sumamente pasiva. Lo correcto hubiese sido – d4 para «golpear» en el centro y lograr ventajas gracias a su mejor desarrollo.
4- …, fxe4 5-Cxe4 Cc6
Jugada de dudoso valor. Hubiera sido mucho más beneficiosa la movida 5-…, d5! Con absoluto dominio central de las negras
6- Cfg5??
¡¡Pésima jugada!!. El Emperador pierde una pieza. Naturalmente si el adversario juega con corrección
6- …, d5 7- Dh5+ g6 8- Df3
Amenazando jaque mate en la casilla “f7”
8- …, Ch6??
… y cuando la distinguida Madame de Remusat tiene la posibilidad de sacar provecho de los fallos del «Gran Corso» se equivoca terriblemente. Lo justo hubiera sido 8- …, Af5! 9- Ab5, dxe4 10- Axc6+, bxc6 11- Cxe4, Axe4 12- Dxe4, Dd5 con la partida ganada. A partir de este momento, Napoleón quien pudo haber sido destruido como lo sucediera un año después en la batalla de Trafalgar, hace gala de su estilo combinativo y remata la partido de manera brillante.
9- Cf6+ Re7 10- Cxd5+ Rd6 11- Ce4+ Rxd5 12- Ac4+ Rxc4 13- Db3+ Rd4 14- Dd3#

El final de esta partida es una verdadera clase de táctica. Sin embargo, el gran estratega de los campos de batalla estuvo ausente durante todo el cotejo.

Partida 2

En esta segunda partida, jugada en el año 1809, un año antes de su separación con Josefina y del comienzo de su ocaso imperial, el Emperador se enfrenta en el tablero a uno de los más simpáticos personajes de la historia del ajedrez “El automatón” o “El turco”, ¡¡El primer robot que jugaba al ajedrez!!.

Como es de suponer, no era más que una farsa, en realidad se trataba de un enano experto en la materia que, introducido en un aparato muy singular, simulaba que ese artefacto creado por la ciencia de esos días jugaba al ajedrez.

Si Kasparov doscientos años después fue derrotado por una magnífica computadora “Deep Blue” ¡Qué podríamos decir respecto a esta cátedra ajedrecística que recibió el gran Napoleón Bonaparte!.


Es muy instructiva la manera en que El Automatón refuta el ingenuo plan de dar el Jaque Mate Pastor. ¡¡Qué curioso resulta pensar que un hombre tan hábil para la planificación bélica haya sido tan inocente al sentarse frente al tablero con quien era en ese momento uno de los jugadores más respetados. ¿Lo habrá subestimado?. ¿Habrá cometido el mismo error que lo llevó al desastre en Trafalgar (1805) al pensar que la flota inglesa era un adversario de menor importancia?.

1- e4 e5 2- Df3?
Napoleón subestima a su oponente e intenta sorprenderlo con un lance muy conocido. El desarrollo anticipado de la dama ocasionarán fatales consecuencias al Emperador
2- …, Cc6 3- Ac4 Cf6
Automatón con las sencillas jugadas de desarrollo ha impedido el simple lance del blanco y se dispone, en breve, a castigar la osadía del gran corso
4- Ce2
¿Por qué otro lugar podría salir el pobre caballo?. Ahora se percibe, claramente, que la dama blanca es un estorbo para las demás piezas blancas
4- …, Ac5 5- a3?
Una importante pérdida de tiempo. Era menester continuar con el desarrollo de sus piezas. Esta jugada es también una muestra de la falta de coordinación del ejercito blanco que deambula a la deriva sin una estrategia clara
5- …, d6 6- 0-0 Ag4
Sin hacer jugadas brillantes, el negro comienza a dar cuenta de los errores de su adversario. Ahora la dama “napoleónica” debe huir como lo hicieron sus tropas de Rusia
7- Dd3 Ch5 8- h3 Axe2 9- Dxe2 Cf4 10- De1 Cd4
Napoleón, amante de la caballería, que tantas veces ha gozado con el éxito en los campos de batalla de sus fuerzas preferidas se encuentra, paradójicamente, en la misma situación que sus adversarios en la vida real.
11- Ab3 Cxh3+
Ahora, El automatón comienza a desplegar todo su poder creativo para hacer capitular, en breve, al gran Bonaparte
12- Rh2
Lógicamente, si tomaba el caballo, el jaque en “f3” le hacía perder la dama
12- …, Dh4
La partida está acabada. El gran emperador está derrotado, sin embargo, continúa heroicamente hasta el fin
13- g3 Cf3+ 14- Rg2 Cxe1+ 15- Txe1 Dg4 16- d3
Una jugada tan sencilla y natural como esta debió haberse realizado en los comienzos de la partida. Esto es una clara muestra que la falta de desarrollo en las partidas de ajedrez trae aparejado terribles consecuencias
16- …, Axf2 17- Th1 Dxg3+ 18- Rf1 Ad4
Amenaza jaque mate en “f2”
19- Re2 Dg2+ 20- Rd1 Dxh1+ 21- Rd2 Dg2+ 22- Re1 Cg1 23- Cc3 Axc3+ 24- bxc3 De2#

¡¡Pobre Napoleón!!

Napoleón Bonaparte
Napoleón Bonaparte

Partida 3

Sin embargo, la tercera partida es una verdadera joya. Una clara demostración de su talento. El año en que Napoleón Bonaparte se enfrenta al general Bertrand es en 1818 en la isla de Santa Elena. Por ese entonces, sus días de gloria han pasado, ya no es emperador. Esta confinado a eterno destierro en esta pequeña isla donde muere tres años después.
Curiosamente, en su ocaso donde ya no había batallas, ni campañas sino soledad y melancólicos recuerdos de una época de gloria, el emperador destronado, nos lega una verdadera obra de arte. Su estilo no ha cambiado. Continúa jugando con un único objetivo, atrapar al rey adversario.
Pero su concepción del juego es diferente. Respeta a su oponente. Ya no ve a su propio rey como pieza indestructible, lo cuida. Juega un ajedrez superior. ¿Sus derrotas en la vida real habrán influido tanto como para hacerlo un jugador de ajedrez más reflexivo y menos optimista?. Esa respuesta nunca nos será develada…

1- Cf3 Cc6 2- e4 e5 3- d4 Cxd4 4- Cxd4 exd4 5- Ac4
Napoleón desiste en recuperar su peón y desarrolla una nueva pieza para el ataque
5- …, Ac5 6- c3 De7 7- 0-0
Protegiendo a su rey. El peón no puede ser capturado por la fuerte jugada Te1 que gana la dama
7- …, De5?
Esto es un serio error. Lo justo hubiera sido continuar el desarrollo
8- f4!
Buena jugada. El blanco ataca a la dama, obtiene dominio central y prepara una bonita combinación
8- …, dxc3+ 9- Rh1 cxb2
El blanco entrega material pero logra posicionarse cada vez mejor en el tablero. La situación del rey negro es cada vez más peligrosa
10- Axf7+!
Gran jugada. Napoleón juega de manera brillante. Ahora el rey negro está cercado
10- …, Rd8
Naturalmente que si el rey capturaba al alfil. El blanco con fxe5+ ganaba la dama y el negro perdía el poderoso peón de b2. Su única esperanza
11- fxe5 bxa1=D 12- Axg8 Ae7
El negro empieza a pagar caro la precaria situación de su rey. Si toma el alfil con su torre recibe mate de la siguiente manera: 13- Dd5, Te8 14- Dxc5, d6 15- Ag5+, Te7 16- Tf8+, Rd7 17- e6+, Rxe6 18- Df5#
13- Db3 a5 14- Tf8+
Fina jugada que remata la partida con brillantez
14- …, Axf8 15- Ag5+ Ae7 16- Axe7+ Rxe7 17- Df7+ Rd8 18- Df8#

Una gran producción de Napoleón Bonaparte
Luego de un breve análisis comprobamos que la constante en estas partidas es el estilo de juego que desplegaba Napoleón a la hora de sentarse frente al tablero de ajedrez…


Si por un lado, Napoleón Bonaparte era un estratega soberbio en los campos de batalla, al momento de realizar las jugadas en una partida de ajedrez sus estrategias de juego eran notablemente superficiales. En todo momento, el juego de Napoleón se basaba en un solo objetivo; atacar al rey adversario desde el principio.


La explicación lógica a esta curiosa situación es que anterior a los tiempos de Napoleón Bonaparte se libraron miles y miles de batallas. Desde que el hombre es hombre se luchó por el territorio, la comida, el dominio del grupo, etc, etc. Tantos enfrentamientos hicieron a los hombres hábiles guerreros y Napoleón recibió en su instrucción militar todo el bagaje de información existente sobre este tema: métodos de ataque y defensa, estratagemas, utilización de cada uno de los elementos disponibles para la guerra: caballería, infantería, etc., y gracias a estas enseñanzas recibidas y sus cualidades naturales logró desplegar su talento creativo en el “arte de la guerra”.

Por el contrario, el mundo del ajedrez era realmente muy joven. Si bien el ajedrez es un juego milenario es porque nos referimos a los juegos considerados como sus antepasados (protoajedrez). El ajedrez, como hoy en día se practica, tiene una historia relativamente breve.

En el siglo XIX tenía apenas trescientos años de historia real y muy poco material formativo al respecto; Tratados como los de Lucena, Ruy López de Segura, Damiano, Gotinga, Greco eran los únicos referentes en materia de ajedrez. El ajedrez se encontraba en sus albores y su coterráneo François André Danican “Philidor”, comenzaba, muy lentamente, el trabajo de esbozar un estudio serio al respecto.


Probablemente, Napoleón Bonaparte haya aprendido el juego–ciencia sin ningún estudio específico y lo haya practicado como un simple aficionado.
En realidad, el ajedrez ha evolucionado mucho desde aquel entonces hasta nuestros días y cincuenta años después de la hegemonía napoleónica llegó un pequeño alemán llamado Wilheim Steinitz para enseñar al mundo cómo se debía jugar correctamente al ajedrez.

En resumen, Napoleón Bonaparte no fue un gran jugador de ajedrez porque la historia le impidió aprender los conocimientos necesarios para llevarlos a la práctica. Al igual que cualquier otro ser humano, Napoleón contó en su momento con las armas que disponían todos los otros mortales.

En aquel entonces, el ajedrez era un juego de intuición y de “lances” donde la fortuna jugaba un papel preponderante y las estrategias eran algo tan lejano que por más talento personal que tuviese jamás podría haber llegado a descubrir por sí solo.

Napoleón Bonaparte

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